Lámparas y Bombillas LED: Ahorro energético
Para la compra de bombillas LED o luminarias con la misma tecnología, tenemos que tener en cuenta diferentes factores como la potencia en lúmenes, la vida útil, el ahorro energético, el ángulo de apertura, la temperatura de la luz y la instalación que tenemos en casa.
Vida útil del LED
Una de las principales ventajas de las lámparas LED’s es su
vida útil, alrededor de 50.000 horas, bastante superior a la que poseen otras
luminarias, ya sean halógenas, fluorescentes…
Existe cierta confusión con el término vida útil. Se cree
que hace referencia al tiempo que durará la bombilla sin fundirse o al que
tardará en dejar de funcionar, lo que en realidad es la vida media.
La vida útil de una fuente de luz es el tiempo durante el
cual la bombilla funciona sin perder rendimiento luminoso, lo que quiere decir
que la fuente LED sigue funcionando después de las horas de vida útil
especificadas aunque con menor intensidad.
Ahorro energético
El 98% de la energía que consume una bombilla LED se
transforma en luz. En otras formas de iluminación se desperdicia gran parte de
la electricidad utilizada en forma de calor. Esta es la razón por lo que
instalar lámparas con tecnología LED nos aporta un gran ahorro energético.
Vamos a hacer una comparación en gasto económico poniendo
como ejemplo una bombilla incandescente de 25 W y sus equivalencias en
halógena, bajo consumo y LED con una utilización diaria de 10 horas.
Incandescente 25W:
13,69€ / Anuales
Halógena 20W:
10,95€ / Anuales
Bajo Consumo 9W:
4,93€ / Anuales
LED 5W: 2,74€ /
Anuales
La temperatura
Los grados Kelvin, nos indican el tipo de color que tendrá
la luz de nuestra bombilla: blanco frío, blanco puro y blanco cálido.
El blanco frío es ideal para colocar en lugares donde se
necesita luz blanca y que de la máxima luz posible como puede ser el trastero,
el garaje… El blanco puro es el indicado para usar en cuartos de baño, cocina o
lugar de trabajo. Y por último, el blanco cálido, con ella se obtiene la luz
con un tono amarillo y es indicada para habitaciones, sala de estar… ya que la
luz que transmite ofrece una mejor calidez ambiental.
Al comprar una bombilla, nos tenemos que fijar en los grados
kelvin para saber la luz que nos va a ofrecer. Si está entorno a los 3.000k
será un blanco cálido, 4.500k es blanco puro y 5.800k blanco frío.
También podemos optar por el “Dimmer”, un regulador de
energía con el fin de variar la intensidad de la luz que emiten.
La potencia
lumínica
Un lumen, es la unidad usada para expresar la cantidad de
luz que es capaz de generar una bombilla. La teoría nos dice que un LED es
capaz de generar entre 60 y 90 lúmenes. Para conocer aproximadamente (no hay
ninguna manera de saber los lúmenes exactos) los lúmenes que genera una
bombilla LED existe una fórmula:
Lúmenes reales = nº de vatios x 70
Con esta tabla podréis tener más o menos una idea clara de
los vatios que debe tener una bombilla LED para sustituir la luz de una
incandescente, halógena o fluorescente:
El ángulo de
apertura de la luz
Uno de los problemas de la iluminación LED es el ángulo de
apertura que ofrece. Por esta razón, nos tenemos que fijar bien en las
especificaciones y usos recomendados por el fabricante.
Con las bombillas LED cuyo ángulo de apertura sea de 40º,
obtendremos una luz más focalizada que sería ideal para iluminar puntos
concretos como un cuadro, vitrina etc.. Por tanto, para una habitación de
tamaño normal, tendremos que adquirir una bombilla con 120 grados de apertura
que es la adecuada para habitaciones.
La instalación
No todos tenemos en casa la misma instalación de luces. Es
importante que revisemos nuestra instalación y nos informemos sobre qué parte
podemos reutilizar y cuales serían mejor cambiar.
En el caso de algunas lámparas halógenas es importante
revisar los transformadores. Por dos motivos: Primero, porqué tal vez podremos
colgar varias bombillas LED para aprovechar los 50, 60 o más vatios que ofrecen
para alimentar las nuevas LED’s que solo consumen 10 o 12W. Segundo porque
igual es mejor eliminarlos y colocar una bombilla LED de las que se conectan
directamente a la red de 220V.
Si tenemos reguladores de intensidad es muy importante que
nuestra bombilla LED sea compatible, para ello en la caja suele indicarse
mediante la palabra “Dimmable”.
La tecnología LED tiene un gran respeto sobre el medio
ambiente, al contrario que las bombillas tradicionales, el LED no contiene
mercurio. Además, casi el 100% de los elementos que componen el dispositivo LED
son reciclables.
Hoy en día, la tecnología LED es la forma más eficiente de
iluminación, alrededor del 80% de la energía eléctrica se convierte en luz,
consumiendo muy poca potencia y por lo tanto, emitiendo muy poco calor. Al
contrario, las bombillas incandescentes tradicionales únicamente convierten el
20% de la energía en luz, perdiendo un 80% en forma de calor. De esta manera,
se reducen considerablemente las emisiones de CO2 a la atmósfera.
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