Hacia mediados del siglo XX el estilo llamado generalmente “nórdico” o “escandinavo” inundó el mundo, con diseños de tal calidad que trascendieron el tiempo. Este estilo respondía a la necesidad de crear interiores cálidos, confortables y acogedores para soportar las duras condiciones climáticas del norte europeo, en particular Finlandia, Suecia, Noruega y Dinamarca. Entre los más significativos diseñadores de este estilo al danés Poul Henningsen.
PH, como sería conocido, fue un autodidacta en el estudio de la estructura de la luz, sombra, brillo y color, y creó verdaderos íconos de la iluminación, que aun hoy tienen vigencia y uso en distintos ambientes.
De todas las lámparas diseñadas por Poul Henningsen,el modelo PH Artichoke (1957) es el que mejor ilustra su talento para conciliar funcionalidad y poesía.
Fue un encargo de los arquitectos Eva y Nils Koppel para el pabellón Langelinie de Copenhague y, a juzgar por los esbozos conservados, parece que su diseño básico fue un proceso rápido.
Esta luminaria colgante resume la idea que PH tenía sobre la necesidad de evitar el deslumbramiento: lo consiguió disponiendo 72 piezas de cobre o acero inoxidable, en 12 arcos de acero muy brillantes, formando filas circulares y escalonadas de 6 piezas cada una. Así, se oculta la fuente de luz desde cualquier posición en que se observe. El flujo luminoso se refleja en las hojas con un efecto difuso, logrando no sólo una iluminación pareja y uniforme sino también un efecto decorativo. Esto hace que, además de su funcionalidad, percibamos un refinamiento formal que la hace inconfundible.
Actualmente la compañía Louis Poulsen sigue comercializando la PH Artichoke y muchos otros diseños de Poul Henningsen.
&
No hay comentarios :
Publicar un comentario